El hosting compartido es ideal para sitios pequeños o en crecimiento. Comparte recursos con otros usuarios, lo que lo hace económico pero con limitaciones en rendimiento.
Por otro lado, el VPS (Servidor Privado Virtual) te ofrece más control y recursos dedicados, siendo perfecto para proyectos más exigentes o con tráfico constante.
Si estás empezando, el compartido es suficiente. Pero si necesitas estabilidad, seguridad y potencia, el VPS es el siguiente paso lógico.